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Mostrando entradas de marzo, 2021
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  Hasta que empiece a componer las vivencias últimas, confórmate con un poco de sosiego  marino.   Me da corte y confección el daros las gracias por vuestros deseos de mejora. El ánimo hasta ahora no me falta, pero me refugio en la lectura para no ver tanto político, periodista, comentarista y  observador queriendo estirar el cuello para que se le vea continuamente. Hay profesionales competentes,  y  profesionalas,  jóvenes y maduros, que tienen un sentido más universal, más humano y más realista que el de los que solo parecen querer disimular el presente, cambiando y   parcheando continuamente   su falta de coordinación y templanza.   Se han muerto en el mundo más de tres millones de  PERSONAS y  hay centeneras de miles de desconocidos  gritando de hambre, de falta de vivienda, de trabajo y de un  país que le acoja, mientras por aquí hay insensibles cofradías que  quieren sacar imágenes con capas ll...

Viernes de poesía, Gregorio González Vivas

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  Polvo Columnas de gorjeos arremeten contra rompeolas de cartón, casi al borde del convento danzan jugadores de bolas tentados por crismas en acechos perspicaces, decapitados ruedan en trineos por su fría arena del mes de Junio, castigando con sus gritos, senderos reflejados en techos imprevistos en el paladar de una hiena, gotear de camisas blancas sacuden a visitantes de casas aéreas que machacan con chorros de hojas secas, hasta rellenar la nueva audiencia del miedo. Varillas de laureles extraídas del estuario, inundándose pudren en años que antes esquivamos despiadadamente, la plasticidad del salto sin cabeza al conjuro relleno de tantas esferas invisibles de multitudes, dejan traslucir estruendos discretos e imprevistos de venenos estúpidos sobre brillos escapados por huecos de ratones y este silencio arrugado junto al macadán, humedece las repisas polvorientas de sus huellas hechas ripio.  

Viernes de poesía, Fernando Álvarez Balbuena

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  De vez  en cuando un soneto Miro hacia atrás y veo tu sonrisa     Presente en el recuerdo prodigioso        De aquel tiempo feliz, dulce y gozoso           Que transcurría sin duelos y sin prisa.       Allá donde mi ser te hacía precisa  Tu paso delicado y silencioso Iba hacia un horizonte luminoso      Envuelto en el perfume de la brisa.        Hoy el tiempo pasó y aún me pareces          Luz que ilumina el alma y los sentidos Y tu grácil figura me entusiasma.        En mis sueños profundos te recreces       Porque eres el motor de mis latidos     Y el bálsamo divino que me calma.  

Microrrelatos de terror

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  El aliento   El cálido aliento en su nuca la tranquilizaba, hasta que recordó que dormía sola.                               Rafa García Meseguer.   Nanas   Adoro las nanas que me canta mi padre cada noche antes de dormir. Su voz suena fenomenal gracias   al eco en las paredes de madera. Mi madre, sin embargo, dice que no son horas de ir al cementerio.                    Ary Blue   La esquina   Apago la luz y lo noto en la esquina de mi habitación. Impasible. Enfermizo. Sus ojos clavados en mi y su boca entreabierta. No se que quiere, soy incapaz de hablarle. Me giro y rezo para que se marche. Nunca lo hace. Y cada día se acerca un paso más.         Carlos Moregó Gómez

Viernes de poesía, Manuel García Estadella

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  Un Poema Te explicaré un poema escrito sobre el viento, escrito con el corazón que llora cada noche. Un poema de ausencias, de besos fugitivos que vuelan sobre el mar sin regresar jamás. Te cantaré unos versos de palabras perdidas en noches de verano de la casa lejana. Una canción de amor y pena contenida por tantas horas muertas después de aquel instante.

La mariposa blanca

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  Un precioso cuento popular japonés                “Había una vez en Japón un anciano cuyo nombre era el de Takahama, y que vivía desde su juventud en una pequeña casa que él mismo  había construido junto a un cementerio, en lo alto de una colina . Era un hombre amado y respetado por su amabilidad y generosidad, pero los lugareños a menudo se preguntaban porqué vivía en soledad al lado del cementerio y por qué nunca se había casado. Un día el anciano enfermó de gravedad, estando cercana ya su muerte, y su cuñada y su sobrino fueron a cuidarle en sus últimos momentos y le aseguraron que estarían junto a él todo lo que necesitara. Especialmente su sobrino, quien no se separaba del anciano. Un día, en que la ventana de la habitación estaba abierta,  se coló una pequeña mariposa blanca en el interior . El joven intentó espantarla en varias ocasiones, pero la mariposa siempre volvía al interior, y finalmente, cansado, la dejó revolotear...

Viernes de poesía, Jose Manuel Feito

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  Menos Dios y más hombre   Ni los dos de Emaús te conocieron Ni en el huerto la ilustre cortesana Conversa, ni en la playa una mañana Los discípulos tu imagen descubrieron.   Y cenando después, te confundieron Con un sueño, con una sombra vana ¡un fantasma! Y de tu presencia humana Con que esfuerzo al final se convencieron.   Hoy estás tan y tan resucitado Que cual ellos no te reconocemos Aunque vas de camino a nuestro lado. Deja, oh Dios, ese cielo arrebolado De amanecida luz, que te queremos Más nuestro, menos Dios, mas humanado.