Viernes de poesía, Gregorio González Vivas
Polvo
Columnas
de gorjeos arremeten contra rompeolas de cartón, casi al borde del convento
danzan jugadores de bolas tentados por crismas en acechos perspicaces,
decapitados ruedan en trineos por su fría arena del mes de Junio, castigando
con sus gritos, senderos reflejados en techos imprevistos en el paladar de una
hiena, gotear de camisas blancas sacuden a visitantes de casas aéreas que
machacan con chorros de hojas secas, hasta rellenar la nueva audiencia del
miedo.
Varillas
de laureles extraídas del estuario, inundándose pudren en años que antes
esquivamos despiadadamente, la plasticidad del salto sin cabeza al conjuro
relleno de tantas esferas invisibles de multitudes, dejan traslucir estruendos
discretos e imprevistos de venenos estúpidos sobre brillos escapados por huecos
de ratones y este silencio arrugado junto al macadán, humedece las repisas
polvorientas de sus huellas hechas ripio.
Comentarios
Publicar un comentario