Las coletas de Uma
Capítulo sexto La verdad es que la conversación era cualquier cosa menos aclaratoria. Cuanto más sabían de todo lo que estaba pasando menos entendían. Decidieron coger los coches y volver a casa. Uma con el suyo y los tres con el de Manu. Santi se tumbó en el asiento de atrás hasta que salieron de la ciudad. El resto del trayecto estuvo incorporado metiéndose entre los dos asientos delanteros y escuchando la música que su primo llevaba a todo volumen. Se habían propuesto llegar a casa, preparar algo de cenar y después contar todo lo que, a Santi, le había pasado. - Lo prometo. Es que no sé por dónde empezar y necesito una ducha. Aparcaron los coches y fueron todos a casa de Manu. Unos huevos y unas patatas fritas eran un buen plan y lo podían hacer mientras la ducha y eso. La casa era antigua pero su mobiliario y decoración eran más bien modernillos. La mesa de la cocina, por ejemplo, era grande y más alta de lo habitual. Los taburetes que la rodeaban le daban un to...