Microcuentos de terror
«CATATONÍA»
Félix Aguilar
«LA VUELTA A CASA»
«Bajé del autobús concentrada en el móvil y no reparé en la oscuridad de la calle hasta después de unos metros. Pero entonces lo escuché. Sus pasos. Se dirigía hacia mí y noté una repentina aceleración del corazón. Apuré la marcha. Mi casa no estaba muy lejos, si corría llegaría en dos minutos. Sentí un frío atroz detrás del cuello, una sensación que bajaba desde la coronilla helándome por completo hasta el final de la espalda. Y el corazón, que cada vez latía más fuerte. Tum-tum tum-tum. Pensaba que se me saldría por la boca. Los pasos eran más audibles, más cercanos. Podía sentir cómo aquella presencia estaba ya a pocos metros de mí. ‘Corre’, me dije, ‘corre hasta casa’. Pero no pude. ‘Corre’. Estaba paralizada. Centímetros, ahora lo tenía a centímetros. Me quedé quieta y apreté el móvil tan fuerte que sentí un dolor punzante en la mano derecha. Con la izquierda agarré con fuerza el bolso, lo puse sobre mi pecho como un escudo. Acurruqué la cabeza contra él, como si quisiera esconderme dentro. No quería ver, tampoco escuchar. Temblaba. Sabía que estaba ahí, acechándome, a punto de alcanzarme. ‘Que pase ya, por favor, que pase’, susurré para mis adentros, aterrorizada. Y pasó. Justo a mi lado, sin mirarme siquiera. El chico que estaba sentado al fondo del autobús me adelantó y siguió su camino.»
Adriana V. Cabezas
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