Llegaste hasta mi alma
Llegaste hasta mi alma paso a paso
Y no en el aquilón sino en la brisa,
Llegaste tras la luz de una sonrisa
Igual que, alguna vez, tras el fracaso.
Llegaste en el silencio del ocaso,
Al borde
del cansancio y de la prisa.
Tu voz enamorada nunca avisa
Para estar a la espera, por si acaso.
Llegaste a lo más hondo y más secreto,
Quisiste conversar después conmigo,
Quedéme yo en tu paz sumido y quieto.
Mas luego te he sentido tan amigo
Que el alma en ti anegada por completo
No quiere hablar de amor si no es contigo.
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