Daguerrotipo de la postguerra, sexto
EMPEZAMOS
A VER COLORES.
En cierta ocasión,
un prestigioso sociólogo le comentó a
Franco que si quería acabar concluyentemente con los vestigios de comunismo en
España, solo tenía que lograr
que el español, aparte de su orgullo, tuviera algo en propiedad.
La larga duración de la
guerra había dejado en estado ruinoso las principales urbes y
entonces se inició un amplio plan de construcción de apretados núcleos y barriadas, generalmente
en terrenos baratos
de las afueras
de la ciudad,
con
pequeñas viviendas de mediocre calidad pero que, si se solicitaban, se podían adquirir mediante una aplazada y barata amortización, por lo cual fueron muy gratamente acogidas, fundamentalmente por gran parte de una empobrecida población proveniente de atrasados pueblos y viviendas medievales, sin electricidad, sanitarios ni agua
corriente.
pequeñas viviendas de mediocre calidad pero que, si se solicitaban, se podían adquirir mediante una aplazada y barata amortización, por lo cual fueron muy gratamente acogidas, fundamentalmente por gran parte de una empobrecida población proveniente de atrasados pueblos y viviendas medievales, sin electricidad, sanitarios ni agua
corriente.
Cada vez que se
publicitaba triunfalmente la entrega de
llaves a unos emocionados y agradecidos ciudadanos, más
se iba extendiendo una ambición que casi nadie tenía en Europa, como fue la
de la propiedad de una vivienda. Con ello, además de aplacar el problema de su contumaz obsesión judeo- masónica y comunista,
Franco tal vez sin darse demasiada
cuenta, aseguró la continuidad y futuro de bancos, compañías de seguros,
prestamistas, parásitos, rémoras y vampiros, que acompañarán para siempre
a quienes pretendían conseguir tal sueño.
Aparte de las grandes
empresas, también había ocasión para que proliferaran los ineptos chapuceros y
deshonestos promotores y constructores, que haciendo uso de la abundante y barata
mano de obra de operarios no muy cualificados, progresaron a una
velocidad increíble debido
a la constante
demanda de la
vivienda, naves industriales,
reconstrucciones y arreglos, consiguiendo llegar a la ansiada meta de poder mostrar
un nivel ostentoso
de vida mundana y
bien visible, con
coches Mercedes,
consumo de marisco y relaciones con prostitutas.
En muchos
cuerpos ministeriales, despachos,
estudios de arquitectura
y empresas constructoras
favorecidas por el conocimiento o encargo de planes parciales de
ordenación urbana, urbanizaciones, barriadas o
grandes grupos de viviendas, etc., había arquitectos,
aparejadores y otros desaprensivos técnicos, que
amasaron fortuna y
poder gracias a la revelación de explícitos datos de los planes parciales,
ubicación de terrenos, ordenanzas de aplicación, trazados de viales y todo tipo de información de gran interés para alcaldes, inversores, mutualistas y bancos, que con esos conocimientos privilegiados, adquirían, vendían o especulaban con determinados terrenos aún a bajos precios, con absoluta ventaja sobre los demás ciudadanos.
ubicación de terrenos, ordenanzas de aplicación, trazados de viales y todo tipo de información de gran interés para alcaldes, inversores, mutualistas y bancos, que con esos conocimientos privilegiados, adquirían, vendían o especulaban con determinados terrenos aún a bajos precios, con absoluta ventaja sobre los demás ciudadanos.
El gran
volumen económico que se podía
mover posteriormente, requería también del
contacto y captación,
mediante altas comisiones
o intereses participativos de
quienes tenían el poder de otorgar o
denegar determinados
permisos y licencias, con lo cual se iba formando un cada vez más descarado circulo de presión y corrupción.
permisos y licencias, con lo cual se iba formando un cada vez más descarado circulo de presión y corrupción.
Un acreditado y muy
conocido señor X, padre de una amplia familia,
miembro activo de una velada corporación cristiana y dueño de una valiosa empresa editorial, pretendía comprar un solar adjunto a su industria, para
construir otras naves destinadas
a ubicar nuevas máquinas rotativas impresoras, pero desde el ayuntamiento correspondiente se le informó que la ordenanza
municipal en vigor no permitía ocupar ese terreno, por estar reservado a
un previsto uso público.
Su sagaz abogado, le
sugirió que con motivo de estar cercana
la época navideña, le hiciera un
buen regalo al aparejador municipal, que tenía mucha influencia administrativa. Entonces,
el señor X con gran
desprendidamente y junto con una tierna dedicatoria de paz
y alegría, envió al domicilio particular de ese importante funcionario, un mueble
con radio tocadiscos y televisor, pero
un par de horas después, le fue enteramente devuelto.
El señor X se llevó un
gran disgusto temiendo ser acusado de tentativa de soborno,
pero su viscoso consejero y en su nombre, se puso inmediatamente al habla con el aparejador, para disculparse por un tremendo error que
había tenido la agencia de
transportes, ya que el regalo estaba consignado a otra
dirección y le pedía que
por favor no se sintiese ofendido por ese extraviado envío. El técnico aceptó tranquilamente la explicación, al tiempo que le aclaraba que la devolución no había sido por sentirse particularmente ofendido, sino porque realmente ya tenía un mueble
similar, pero con un aparato televisor de blanco y negro. A los tres días recibió un gran televisor de color, en aquellos tiempos aún bastante escasos en el mercado.
por favor no se sintiese ofendido por ese extraviado envío. El técnico aceptó tranquilamente la explicación, al tiempo que le aclaraba que la devolución no había sido por sentirse particularmente ofendido, sino porque realmente ya tenía un mueble
similar, pero con un aparato televisor de blanco y negro. A los tres días recibió un gran televisor de color, en aquellos tiempos aún bastante escasos en el mercado.
El señor X no recibió
ninguna respuesta de agradecimiento, pero dos semanas después,
una comunicación del ayuntamiento le informaba de que un reciente cambio en la
clasificación y ordenamiento de la zona,
le permitía adquirir el colindante
terreno y consecuentemente formalizar legalmente la ampliación de su imprenta.
terreno y consecuentemente formalizar legalmente la ampliación de su imprenta.
El indecente comercio de
informes y consentimiento junto con otros muchos tipos de
mediadores sin pundonor, sensibilidad, ni ética, engendró una serie de realizaciones
chapuceras de venta fácil de inhumanas y hacinadas barriadas sociales, urbanizaciones
y construcciones ramplonas y una incontrolada invasión de terrenos,
playas y montañas, con el resultado de unas masificaciones agresivas con la convivencia y el bienestar y el destrozo definitivo de la personalidad de las distintas regiones.
playas y montañas, con el resultado de unas masificaciones agresivas con la convivencia y el bienestar y el destrozo definitivo de la personalidad de las distintas regiones.
También una hortera y
mezquina imitación del rascacielismo americano, hizo cambiar
climatología, ambiente y entorno en casi toda la geografía nacional, con gran satisfacción
de algunos cerriles pero interesados alcaldes, que enseñaban engreídos sus
amuralladas playas, aunque tuvieran insuficientes servicios de abastecimiento
de aguas, saneamiento,
transporte etc.- Torremolinos,
Marbella, Benidorm, Gandía, Cullera,
Costa Brava, etc., que en tiempos no
lejanos gozaban de una belleza natural, en pocos
años y a causa de la fomentada ambición,
astucia, desprecio de normas y carencia de sensibilidad de
algunos regidores, pasaron a convertirse en
comprimidos y pavorosos ejemplos de urbanismo y arquitectura vulgar,
aparente y engañosa aunque inexplicablemente, cada año
atraía a más turistas no muy exigentes y
gentes sencillas, muchos de los cuales nunca
habían estado en un hotel ni habían visto el mar.
En ese tipo de ambiente, principalmente de
verano, también empezó a aparecer otra
clase de espabilados emprendedores, que fueron
progresando muy rápidamente sin preocuparse demasiado de la honradez, la
calidad y la decencia de su negocio.
Después de haber obtenido los pertinentes permisos, licencias y autorizaciones, también mediante sobornos a corruptos funcionarios municipales, empezaron a abrir todo tipo de locales, generalmente con nombres exóticos, con una feroz competencia
para irradiar sus respectivos ruidos, luces y barullo, hasta conseguir ubicar en la misma orilla de las playas, arcaicos chiringuitos parecidos a chozas o cabañas, condudosa higiene, carencia de mobiliario y menaje, pésimos servicios sanitarios y un flotante olor a fritanga.
Después de haber obtenido los pertinentes permisos, licencias y autorizaciones, también mediante sobornos a corruptos funcionarios municipales, empezaron a abrir todo tipo de locales, generalmente con nombres exóticos, con una feroz competencia
para irradiar sus respectivos ruidos, luces y barullo, hasta conseguir ubicar en la misma orilla de las playas, arcaicos chiringuitos parecidos a chozas o cabañas, condudosa higiene, carencia de mobiliario y menaje, pésimos servicios sanitarios y un flotante olor a fritanga.
Por otro lado, entre una
sociedad más honesta y convencional y gracias a la evolución
natural, la lectura de revistas, el cine y el interés por abrir los ojos al exterior, el nivel económico
se fue elevando progresivamente y el creciente
fenómeno del turismo
barato, dio el
empujón definitivo para
conseguir otros cambios
dementalidad,
costumbres y hábitos, no todos
positivos, puesto que en esta carrera ansiosa
y un tanto ciega, se fueron abandonando otros valores que nuestra identidad tenía
tradicionalmente asimilado, como eran
las buenas costumbres, la hidalguía, el honor, el
buen hacer, la ética, la educación y la convivencia, que pasaron a un plano cada vez
más abandonado y menos apreciado, en un mundo en el que la supervivencia propia a
toda costa, el trepar, el comprar, el conseguir y el triunfar, eran metas fácilmente alcanzables, siempre que se abandonaran las circunstancias que parecían anclar el
pasado. En esos tiempos, prevaricación
y cohecho, eran palabras que solo
manejaban
los licenciados, puesto que en el lenguaje popular se denominaban pellizcos, comisiones
o más sencillamente, estar al tanto y
ser espabilados
Analizándolo hoy algo frívolamente, la mayor parte de los
españoles éramos más
rumiantes que pensantes, ya que entre la búsqueda invariable del pluriempleo,
la ocupación
familiar y la preocupación económica, no quedaba más tiempo libre que el domingo,
día de un atropellado cumplimiento
religioso y de las primeras evasiones masivas,
especialmente dedicadas al fenómeno futbolístico, en cuyos campos de duelo se
empezaron a manifestar algunas
ocultas acciones y reacciones entre
ciertas ciudades
y provincias y en donde la rabia, la ira y el ataque verbal, se permitía y
hasta se
fomentaba, sin que en aquel entonces apareciesen banderas regionales, bufandas
o propaganda
alguna, más que la de las peñas o aficiones con inocentes pancartas de ánimo.
Cuando el enfrentamiento
era con el equipo de un país que tenía alguna animadversión
contra el régimen franquista, que eran casi todos los de Europa, la verborrea periodística
excitaba hábilmente los ánimos de los forofos
hasta conseguir altos
grados de agresividad verbal, con descorteses silbidos y pitos ante el himno
del visitante
.El alarido de Matías Prats ante el gol
de Zarra en Maracaná, fue como nuestra respuesta a la “pérfida Albión” al desastre de la Armada Invencible y solo comparable con el famoso
grito de Rodrigo de Triana al divisar tierra.
Matías Prats Cañete |
Por ser nuestra y diferente, también se promocionó la patriótica Fiesta Nacional, siempre presidida honoríficamente por las
más altas personalidades y una masiva asistencia
de público a las plazas,
en donde frecuentemente algunos desinformados
turistas sufrían grandes sobresaltos ante un espectáculo tan brutal
que después era considerado como una publica representación de la crueldad hispana. La fama y los estipendios de ciertos revolucionarios y llamativos toreros se fueron elevando, así como la publicidad de las agencias turísticas, dirigida hacia los
simples viajeros errantes de cualquier nacionalidad y cultura, con lo cual y desde entonces, los auténticos aficionados y entendidos, aseguran que esa invasión de curiosos asistentes incapaces de entender el arte de la lidia, supuso el principio de la decadencia de la fiesta.
que después era considerado como una publica representación de la crueldad hispana. La fama y los estipendios de ciertos revolucionarios y llamativos toreros se fueron elevando, así como la publicidad de las agencias turísticas, dirigida hacia los
simples viajeros errantes de cualquier nacionalidad y cultura, con lo cual y desde entonces, los auténticos aficionados y entendidos, aseguran que esa invasión de curiosos asistentes incapaces de entender el arte de la lidia, supuso el principio de la decadencia de la fiesta.
Con una afición y promoción creciente del futbol,
el tenis, el boxeo, el ciclismo y el surgimiento de ídolos, España se fue
asomando y acercando poco a poco al
exterior, como también en actividades
como la música, pintura, literatura, etc., se lograron
éxitos que el gobierno aprovechaba para
difundir “ la verdad de España” en el
mundo, casi siempre acompañada de
folklóricas estampas de pandereta, en las que se
ensalzaba la saludable y recta firmeza del Caudillo y su Movimiento, las
piadosas costumbres religiosas y la
especial gratificación que el Altísimo estaba derramando en nuestro país.
En la enseñanza
elemental y en la universitaria, aumentó considerablemente el número de alumnos, así como
el de títulos de distintas carreras, profesiones y oficios que iban
ocupando nuevos puestos de trabajo sin ninguna experiencia, pero con un ansia
irrefrenable por ganar y comprar, o poder tener aval en créditos y préstamos.
Progresivamente se mejoró en la alimentación, el aseo, el vestir y la vivienda, pero cuando se empezó a popularizar la televisión y el pequeño automóvil, la relación y comunicación entre las personas se fue alejando, al tiempo que la educación, el respeto y la noble costumbre de compartir se fue enfrentando con la presunción y la provocación de la envidia para los que se quedaban atrás. El llegar a tener un cochecito 600, era una de las mayores aspiraciones del trabajador que iba superando las etapas paulatinamente con gran esfuerzo y fue una de las causas más influyentes en el cambio de actitud y talante del español medio, que fue ahuyentando una frustración latente, aportándole una moral y una autoestima muy considerable, que fue posteriormente convirtiéndose en obtusa, por estar convencido de que su posición y su consideración social estaba en gran parte fundamentada en la potencia y tamaño de su automóvil.
Progresivamente se mejoró en la alimentación, el aseo, el vestir y la vivienda, pero cuando se empezó a popularizar la televisión y el pequeño automóvil, la relación y comunicación entre las personas se fue alejando, al tiempo que la educación, el respeto y la noble costumbre de compartir se fue enfrentando con la presunción y la provocación de la envidia para los que se quedaban atrás. El llegar a tener un cochecito 600, era una de las mayores aspiraciones del trabajador que iba superando las etapas paulatinamente con gran esfuerzo y fue una de las causas más influyentes en el cambio de actitud y talante del español medio, que fue ahuyentando una frustración latente, aportándole una moral y una autoestima muy considerable, que fue posteriormente convirtiéndose en obtusa, por estar convencido de que su posición y su consideración social estaba en gran parte fundamentada en la potencia y tamaño de su automóvil.
Habíamos
dejado muy atrás e arado romano, el brasero de cisco, los traperos recogiendo
la basura, los busca-colillas, los retrasos de RENFE, las alpargatas de esparto,
la cartilla de racionamiento, los taxis con gasógeno, los cines de sesión continua,
el
pluriempleo, los vendedores
de botijos, el
lápiz tinta, los
papeles atrapamoscas en los bares,
las tiendas de ultramarinos con el gato ratonero durmiendo encima de
los sacos, las escupideras de latón en peluquerías y cines, los serenos, etc., naturales
situaciones atrasadas,
principalmente en el medio rural que,
año tras año, nos habían ido alejando mucho
del mundo normal del otro lado de los
Pirineos.
La familia, con unas
tradiciones casi intocables desde siglos, lógicamente también
sufrió un colosal cambio, debido en parte a la normal evolución del mundo, a la
iniciación
de una audaz libertad personal y a una cada vez más acuciante necesidad colectiva
de respirar aires distintos. La
creciente secularización de un mundo con una religiosidad
un tanto forzada por la amenaza y el temor, liberó gran parte de los tabúes,
normas y reglas para aquellos que no le encontraban más sentido que la obligatoriedad.
Los jóvenes matrimonios, ya se
planteaban seriamente el número de hijos,
aunque tuvieron que pasar muchos años antes
de que se pusiera a a la venta la píldora anticonceptiva, por
supuesto con la total reprobación eclesial.
Tras el Concilio Vaticano II, una gran parte
de la iglesia intentó abrir ventanas y
puertas, pero enseguida tropezó con los intereses inamovibles de quienes no
querían una
renovación evolutiva y se volvieron a conservar los cerramientos y mantener la
secular distancia y la soberbia de considerarse la salvaguarda de la única Verdad. En algunas parroquias, se fue abandonando el latín empleando las lenguas propias y curas jóvenes con voluntad renovadora cambiaban algunos actos litúrgicos, logrando la
participación de los fieles en lecturas, músicas, encuentros y con una catequesis más nueva y sencilla, dando entrada a bastantes adolescentes entusiasmados, pero muchas o casi todas, se quedaron nada más que en el mero folklore, tolerado por la jerarquía de bastante mala gana y no se continuo con una adaptación litúrgica más avanzada y más de acuerdo con la mentalidad de la nueva juventud, en su difícil camino de su iniciación a la mayoría de edad.
secular distancia y la soberbia de considerarse la salvaguarda de la única Verdad. En algunas parroquias, se fue abandonando el latín empleando las lenguas propias y curas jóvenes con voluntad renovadora cambiaban algunos actos litúrgicos, logrando la
participación de los fieles en lecturas, músicas, encuentros y con una catequesis más nueva y sencilla, dando entrada a bastantes adolescentes entusiasmados, pero muchas o casi todas, se quedaron nada más que en el mero folklore, tolerado por la jerarquía de bastante mala gana y no se continuo con una adaptación litúrgica más avanzada y más de acuerdo con la mentalidad de la nueva juventud, en su difícil camino de su iniciación a la mayoría de edad.
En algunas
comunidades, se formaron
grupos de personas
adultas de inquietudes
más amplias, con celebraciones bastante espectaculares y participativas, en donde
de alguna manera también se denunciaban
situaciones sociales y políticas
injustas desde un punto de vista humano y evangélico, pero a las autoridades gobernantes no les gustaba la temática, por considerarla políticamente tendenciosa, manipuladora y subversiva y desde la potestad eclesial, salvo pequeñas excepciones, se consideraban como peligrosas y provocadoras. Este contraste de posturas, produjo una separación de personas más maduras e inquietas y con una consciente emancipación del conservadurismo jerárquico, deseando poner en común otras
visiones más progresistas y una nueva forma de enfocar la religiosidad, la liturgia y las preces, si bien también había quienes aprovechaban las circunstancias para introducir ideologías políticas algo extremistas. En algunos barrios de la periferia, en donde apareció el fenómeno de los llamados “curas obreros”, la dinámica fue distinta, algo más agresiva y politizada y también más justificada y lógica, por ser zonas algo marginadas y vivir de cerca y agudamente los problemas de barrio, colegios, sanidad, transportes y servicios.
injustas desde un punto de vista humano y evangélico, pero a las autoridades gobernantes no les gustaba la temática, por considerarla políticamente tendenciosa, manipuladora y subversiva y desde la potestad eclesial, salvo pequeñas excepciones, se consideraban como peligrosas y provocadoras. Este contraste de posturas, produjo una separación de personas más maduras e inquietas y con una consciente emancipación del conservadurismo jerárquico, deseando poner en común otras
visiones más progresistas y una nueva forma de enfocar la religiosidad, la liturgia y las preces, si bien también había quienes aprovechaban las circunstancias para introducir ideologías políticas algo extremistas. En algunos barrios de la periferia, en donde apareció el fenómeno de los llamados “curas obreros”, la dinámica fue distinta, algo más agresiva y politizada y también más justificada y lógica, por ser zonas algo marginadas y vivir de cerca y agudamente los problemas de barrio, colegios, sanidad, transportes y servicios.
También en el ambiente de
calle y especialmente en los solapados círculos liberales,
se iba notando ya cierta preocupación
por el imprevisible futuro
político del país,
sobre todo ante nuevas disposiciones, leyes, cambios de personajes y muy especialmente
por la personal decisión de Franco en 1969,
de proponer a Juan Carlos
de Borbón su sucesor, a título de rey, quien ostensiblemente receloso y después de haber jurado fidelidad a los principios que informan el Movimiento Nacional
(?), en los años posteriores se dedicó a
darse a conocer limitadamente al pueblo, trabar contacto con los
países preferentes, disimular y
deambular bastante extraviado entre los círculos
empresariales, tratando de ignorar la perpetuada animadversión de La Falange
y el lógico recelo y
envidia del ejército, por su aparente falta de seguridad en su
alta graduación, conseguida después de su breve paso por las tres academias militares.
de Borbón su sucesor, a título de rey, quien ostensiblemente receloso y después de
La posibilidad de disfrutar de un futuro rey suscitó en la ciudadanía variables reacciones, que iban desde la ilusión de los
rancios tradicionalistas, el rechazo
de los idealistas republicanos y la esperanza de quienes confiaban en el cordura
del caudillo, pasando por la tan española etapa de las algazaras, chistes y chacotas
populares sobre por su predecible
brevedad. El tiempo y las circunstancias cambiarían
muy radicalmente casi todos los vaticinios que se hicieron sobre la corona.
Juan Carlos Borbón y Borbón, a los ojos de una gran
mayoría de españoles, era un
títere de Franco e incluso le apodaban el breve, pero además arrastraba una historia
bastante inquieta, desde que fue autor
involuntario del homicidio de su hermano
menor y posteriormente por haber aceptado la educación especialmente impuesta
y controlada por el Generalísimo, con una serie de catedráticos bastante añejos,
maduros y serios profesores de temas
históricos y la ceñida formación religiosa
aplicada por el dominico Padre Aguilar. Su timidez era evidente y no le ayudaba mucho cierto defecto
lingual que se manifestaba claramente en sus escogidos discursos.
Cuando terminó el
bachillerato, realizó algunos estudios
en la Universidad aunque
no hizo carrera específica alguna, pasando por las academias militares del
Aire, Tierra y Marina. En su momento su
padre D. Juan, en un escenario tenso y por evitar una seria conmoción en la marcha del proceso democrático, renunció de su
legítimo derecho a la corona en favor de su hijo, pero
estiró mucho las relaciones familiares y dejó otro borrón más en su
historia.
Durante unos cuantos
años, era bastante evidente la simpatía que gozaban Sofía y
Juan Carlos y de alguna manera el rey parecía tener cierto aprecio popular, por presentar
a veces una
imagen menos convencional,
pero la mayoría
de los españoles
no somos monárquicos y el posterior
deterioro de su fama personal, no fue mejorando su imagen, al
empezar a saberse los escarceos del
monarca y a propagarse en los
medios de difusión los comentarios
acerca de sus infidelidades y evasiones y sobre
todo cuando se supo algo del progresivo aumento de su fortuna personal, sus interesadas
relaciones con el rey Fahd de Arabia
Saudita, los regalos de automóviles, motocicletas
y yates como el Fortuna, casi único en el mundo, que llego a costarle a los
empresarios mallorquines más de 3.000 millones de pesetas, además de
sus descarados encuentros
con Corina, la
cacería de Botsuana
y sus accidentes
e incidentes
en los que comprometía la corona con una inmadura actitud, hasta que tuvo que abdicar en su hijo
Felipe, cando el ambiente familiar estaba muy
desmembrado.
La Reina Sofía, ha sido
un ejemplo de saber estar y hasta de dignidad discreta y parece
completar su vida al seguir con su ya tradicional afición a la música y ser una
entendida de arte, auqnue los
matrimonios de sus hijos tampoco resultaron tan lúcidos como
fuera de desear, al tener algunas
contingencias que causaron una publicidad no muy favorable.
Elena, la hija mayor, se
casó con Jaime de Marichalar pero a los catorce años, se produjo un cese
temporal de la convivencia, acabando en un definitivo divorcio. El hijo primogénito, Froilán, también
accidentalmente se pegó un tiro en un pie,
al estar manipulando
una pistola.
Cristina se casó con
Iñaqui Urdangarín, un famoso jugador de balonmano, con buena
figura y simpatía popular, pero que resultó inculpado en unos injustificables casos de
corrupción, estafa y fraude fiscal,
siendo condenado a más de cinco años e ingresado
en un restringido penal de Ávila, en una
celda con patio, comedor y gimnasio
pero en absoluta soledad. El título de Duques de Palma,fue revocado por su hermano Felipe.
Felipe, el único
varón, tuvo una esmerada y bastante
liberada educación en un colegio
privado, aunque naturalmente limitada
por su condición de príncipe. Se licenció en derecho, posee varios
masters, realizando estudios en diversos países y se dice que habla correctamente cuatro idiomas. Cuando se casó
con Leticia Ortiz, una asturiana hija de padres republicanos, divorciada, periodista
y presentadora de TV, esa unión ocasionó serias temblores y modificaciones en el
protocolo de las realezas, ya que
según las leyes antiguas, que parecen
estar aún están vigentes, en la
monarquía, ese matrimonio estaba
considerado como morganático, aunque es una situación que solo preocupaba a los más puristas y que sin embargo
tuvo una favorable reacción popular, al
ser considerado como un casamiento realizado libremente por amor,
desterrando las tradiciones medievales que aún conservaba la corona.
Han tenido dos hijas y
parece que su formación es la más adecuada para formar parte de una sociedad
actual, plural y decididamente
democrática.
Volviendo a 1973, aun
siendo cada vez más evidente su progresivo deterioro, Franco siguió adoptando
nuevas posiciones mediante disposiciones, leyes y cambios de personajes,
tomando la personal e inesperada
providencia de seguir en la
Jefatura del Estaco, pero cediendo la
Presidencia del Gobierno alultraconservador almirante Carrero Blanco, del que era más que sabida su pertenencia al Opus Dei, su
arraigado espíritu militar y la
comunión incondicional con las doctrinas del caudillo a pesar de manifestar también
gran interés por la figura de
Juan Carlos. Poco después se fue descubriendo
que en se estaban tomando posiciones de
confirmación y continuidad del
sistema en las altas cumbres y en los ambientes políticos ajenos al régimen, era
manifiesta la inquietud y temor de
padecer otra prolongación del
franquismo.
Pero a pesar del
desacuerdo con el incomprensible Movimiento Nacional, con el contumaz e
inacabable mando único de un viejo dictador que gobernaba un país como un eterno
regente y con el Opus Dei
dominando la economía y manteniendo la apariencia de una prosperidad
asegurada, se veía que el pueblo, la masa ya iba por Volviendo a 1973, aun siendo cada vez más evidente su progresivo deterioro, Franco siguió adoptando nuevas posiciones mediante
disposiciones, leyes y cambios de personajes,
tomando la personal e inesperada
providencia de seguir en la
Jefatura del
Estaco, pero cediendo la Presidencia del Gobierno alultraconservador almirante
Carrero
Blanco, del que era más que sabida supertenencia al Opus Dei, su arraigado espíritu militar y la comunión incondicional con las
doctrinas del caudillo a pesar de manifestar también
gran interés por la figura de
Juan Carlos. Poco después se fue descubriendo que
en se estaban tomando posiciones de confirmación y continuidad del sistema
en las altas cumbres y en
los ambientes políticos ajenos al
régimen, era manifiesta la inquietud y temor de
padecer otra prolongación del
franquismo.
Al mismo tiempo
resurgieron los grupos de guerrilleros y
fuerzas nuevas, con Cristo
Rey y España como bandera propia, reclutando a insensatos niñatos hijos de papá, justificando
su agresividad con un patriotismo
desfasado, afectado y fascistoide,
bien protegidos por parte de agentes de
la policía político social y los azulados viejos
leones desdentados vencedores
de la Cruzada,
arremetiendo de manera
cobarde contra todo los que les parecía
renovador, progresista, democrático o
liberal, realizando acciones con comandos tipo militar, armados con cadenas,
puños de hierro,
armas de fuego
y botes de
humo, efectuando atentados
contra determinadas
personas, entidades y centros de
enseñanza, que a su desquiciado juicio, eran lugares de reunión de masones, judíos y comunistas,
mantenidos con el orode Moscú.
Imprevisiblemente, se produjo un
giro brusco en
las perspectivas continuistas.
El 21 de Diciembre del mismo año de su nombramiento, Carrero Blanco fue
víctima de un burdo pero eficaz atentado consumado por ETA, algunas horas después
de haber tenido una misteriosa reunión con Kissinger, quien parecía haberse sentido
muy molesto con él, por entorpecer los
planes de EEUU. Entre los numerosos rumores
que circularon por los
medios de difusión, algunos apuntaban
claramente que la CIA había prestado
cierto tipo de ayuda a ETA, para conseguir su propósito.
A pesar de la brutalidad
del asesinato, gran parte de españoles
encontraron un nuevo
motivo de esperanza al cambio y a Franco le supuso un duro golpe, tanto por la
amistad y confianza que tenía con el almirante, como por el total
desmantelamiento de sus
previsiones y a
partir de entonces,
el deterioro de
su salud se fue
incrementando, sufriendo
varios percances cardiacos
y circulatorios, llegando
e incluso
a ceder, solo por unos días, la Jefatura
del Estado a un desconcertado Juan Carlos, quien poco pudo
hacer, por estar muy controlado,
limitado y desorientado.
Tras un
par de semanas
de pérdida total
de consciencia, con
inútiles operaciones entre
intrigas y maquinaciones
familiares y presiones
políticas por
mantenerlo con vida, el día 20 de Noviembre de 1975, fallece Francisco Franco Bahamonde, quien que figuraba en las monedas como Caudillo de España por la Gracia de Dios.
mantenerlo con vida, el día 20 de Noviembre de 1975, fallece Francisco Franco Bahamonde, quien que figuraba en las monedas como Caudillo de España por la Gracia de Dios.
La noticia se difundió
instantáneamente por todo el mundo, interrumpiéndose la programación
en casi todas
las emisoras de
radio y televisión
y ocupando totalmente la primera página de los
periódicos.
Tres días después, ya
había jurado su cargo de rey Juan Carlos I y habían pasado la ceremonia de
los funerales los funerales, la exposición n del cadáver y su traslado con honores
militares al Valle de los Caídos, en donde quedó enterrado bajo una gruesa losa de
granito, detrás del altar mayor de una ciclópea
basílica excavada bajo
un abrupto risco, con la mayor cruz del mundo.
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