Daguerrotipo de la postguerra, séptimo


  ARCO IRIS DEMOCRÁTICO, PRIMERA PARTE




Durante un tiempo se escribieron centenares de crónicas  haciendo supuestos y conjeturas, pero casi todos resaltaron que a partir de entonces, millones de ciudadanos esperaban que en España brillara para todos un sol  limpio y democrático.
A continuación, vino un corto periodo durante el cual los cambios fueron casi constantes y veloces. El hasta entonces presidente Arias Navarro, de muy escasas luces y una obtusa subordinación franquista, se encontró a la deriva cuando unas Cortes se hicieron un imprevisto harakiri y mayoritariamente aceptaron la ley de la Reforma Política, con la consiguiente elaboración de una constitución y la aceptación de la futura  participación democrática de los distintos partidos políticos.

Arias Navarro

Cuando vinieron las primeras elecciones presidenciales de España en 40 años, a consecuencia fue que salió Adolfo Suarez, que había sido un destacado miembro del movimiento falangista, pero que gobernó su partido UCD luchando por mantener la unidad y la armonía entre todos y dio una lección al mundo de una transición sin
desgarros crueles ni venganzas, pero aparate del continuo y grave problema de la ETA, vino  la matanza de Atocha, realizada por unos ultraderechistas incompatibles para vivir en una democracia y ni siquiera para acatar los póstumos consejos del testamento de su idolatrado caudillo,  por no considerarlo  sincero. El multitudinario entierro, dentro de un tenso silencio con la ira contenida, fue un ejemplo de respetuoso civismo.



Entierro asesinados de Atocha

Durante  el  mandato  de  Suarez,  se  legalizó  el  Partido  Comunista,  como derivación de un importante conjunto de ciudadanos que reclamaban su legitimación. Gobernó durante unos cinco años, pero en su momento hubo diversas discrepancias
internas y presentó su dimisión. El día 22 de Febrero de 1981  cuando se estaba votando .en las Cortes la investidura de su sucesor Calvo Sotelo, fue fatídicamente interrumpido por el afortunadamente  chapucero intento de golpe de estado del Coronel Tejero, que felizmente tuvo el espontáneo resultado de promover un masivo
afianzamiento de la democracia en  casi todo el pueblo español. Después de un largo proceso sumarial y un dilatado juicio, la sentencia del Consejo Superior de Justicia Militar por conspiración y rebelión  fue de 30 años a cada uno de los dos principales golpistas, pero solo cumplieron prácticamente la mitad de su condena, aunque no faltaron las críticas de quienes  recordaban las crueles  sentencias militares de otros tiempos, la derecha radical seguía considerando a Tejero como un héroe.


Calvo Sotelo estuvo durante  poco más de año y medio  intentando recomponer un  partido  muy  dividido,  realizando  tres  remodelaciones  ministeriales.    En  las elecciones de 1982, todo el mundo tuvo la oportunidad de manifestar su opción en las urnas y tanto las derechas como las izquierdas más extremas, sacaron un número minoritario de votos, pareciendo que al fin nos estábamos desprendiendo de los grandes grupos rojos o azules y que, al  menos intencionalmente, queríamos vivir en democracia, aunque casi nadie ni tan siquiera había estudiado su doctrina, pero  a pesar de su corta experiencia, el pueblo español, no sabremos quizás nunca si por
miedo, por novedad o por madurez, manifestó abiertamente su opción por Felipe González del PSOE, ganando por una mayoría absoluta, a pesar de que la machacona oposición había vaticinado unas sanguinarias consecuencias si triunfaba la izquierda. 

Calvo Sotelo


            El indudable carisma político de Felipe González, quien con su lema “por el cambio”,  introdujo un nuevo talante abierto y una ideología social muy atractiva, prometiendo  gobernar el país con un estilo distinto, renovador y moderno, aun sabiendo que contaría con una oposición fuerte y tenaz durante unos años. Vino una etapa de bonanza, con la gran aportación además de los Fondos de Cohexión, con los que se mejoraron carreteras, ferrocarriles, aeropuertos etc, y había cierta euforia laboral, aunque también se produjeron huelgas y protestas sindicales.
Hubo un tiempo en el que daba la sensación de  haber  conseguido llegar a esa bien cantada “libertad, libertad sin ira.”, pero a veces aun parece que  resurge de nuevo la soberbia de los Tercios de Flandes y el españolito medio de hoy, al estar convencido de haber llegado a un cierto nivel  europeo comparativamente aceptable, se manifiesta agresivo ante cualquier amenaza o merma de lo que considera su territorio personal,  aunque afortunadamente   se solidariza ante las desgracias y las hecatombes  de otros más o menos cercanos  y  por suerte, aún se producen en nuestro país chispazos, ante en los que aún rebrota el valor de la solidaridad y la generosidad de nuestras gentes.

Felipe González


Los jóvenes reclamando el famoso 0,7, las manos blancas contra ETA, la solidaridad con el problema de Alcatel, las aportaciones ante las inundaciones, la colaboración  y ayuda ante las consecuencias del Prestige, etc., son un ejemplo de ciudadanía unida y solidaria, también rescoldo de algunos valores afortunadamente vigentes, como el poder proclamar  con orgullo el ser el país en el que se efectúan más operaciones de trasplantes de órganos, sintiéndome personalmente  beneficiado y agradecido  por la generosidad de la desconocida  familia del donante y por toda la escala de los magníficos equipos sanitarios.


Durante el mandato del PSOE,  se fueron superando de alguna manera los escándalos de Sofico, Matesa, Rumasa. Forum, Bankia, etc,., aunque hay que destacar muy favorablemente su gran avance social, con una  evidente modernización de la sociedad, la sanidad, la educación, la apertura de la verja de Gibraltar, la aprobación de la ley del aborto, la expropiación de la engañosa Rumasa, etc. pero también tuvo otras partes muy oscuras, como  el tema de Filesa, el caso de Roldan  y la negra intervención  de  los  GAL,  implicando  personalmente  a    ministros  como  Guerra,
Barrionuevo y Boyer, todo lo cual les llevaron a  una reacción negativa en una parte del pueblo, que solo era admiradora de un  líder joven, simpático y guerrero, pero no mentalizada con el socialismo y que al no encontrar otro sucesor de su talla, pasaron
su confianza y su voto hacia el conservadurismo del Partido Popular, anteriormente Alianza Popular. Muchos ciudadanos que ya habían conseguido llegar a un  ansiado nivel económico  estable  y ahora buscaban la seguridad de su sustentación,  votaron a un partido  fuertemente  hermanado  con  el  capital  y  en  el  que  sus  seguidores  y simpatizantes parecían desplegar un aspecto social más exquisito, que era una de las más usuales aspiraciones a conseguir y  mantener.

Ruiz Mateos, presidente de RUMASA


A mi modesto entender,  el PSOE  había cometiendo la torpeza de “acoger” en sus  filas,  como  un  símbolo  de  progresismo  y  tolerancia,  a  algunos  elementos inoperantes y oportunistas que reclamaban de manera continua y bulliciosa, inmediatas asistencias y prerrogativas pero que, aún sin negarles sus derechos, no acababan  de incorporarse plenamente a la sociedad, ni respetar sus obligaciones cívicas.
Otro error notable fue el haber permitido que, aquellos  símbolos  que realmente debieran ser un  distintivo de todos los ciudadanos españoles, no fueron debidamente considerados, siendo  apropiados por una nueva derecha, unida en gran parte con la ultraderecha y fundamentalmente resguardada por  un  ejército, que
todavía  no estaba muy propicio a considerarse servidor de un gobierno de izquierdas.
Como respuesta casi fulminante a esa oficial indolencia simbólica, en ciertas corporaciones regionales se  empezó a marginar la bandera nacional, sustituyéndola por  las  enseñas  propias,  algunas  de  muy  dudosa  antigüedad  histórica  y  fue proliferando  un  cierto  tipo  de  rebuscada  apariencia  progre,  con  mucha  barba, vestimenta de pana, bufandas rojas y mayor familiaridad en el trato habitual, con un cada vez más abundante empleo de un vocabulario más vulgar o soez, al considerar  que vivir en democracia  era todo lo contrario de lo que se había vivido anteriormente,
pasando del miedo  a la osadía  y de la represión a la relajación de lasnormas más elementales del respeto y la convivencia
. La lucha interna  y la casi decadencia de  UCD,  había incrementado las filas de una tímida AP, partido al que también se le incorporaron antiguosfranquistas y nuevos miembros del Opus Dei  con un talante evidentemente paternalista y salvador del  pueblo  a quien se  continuamente se le alertaba acerca del peligro de que  unos socialistas que les irían quitando la mitad de sus propiedades, de sus tierras y llenarían el país de soviéticos y cubanos, animándoles a formar en sus filas en donde se prometía un pluralismo más tranquilizante, aunque se podían adivinaran  claramente las grandes limaduras a ciertas propuestas de cambios que estaban en la mentalidad de algunos partidos políticos, recortes que además contaban con el apoyo de los púlpitos conservadores, que descaradamente  vaticinaban  peligros moralmente intolerantes,


Habíamos entrado en el siglo XXI, con cierto optimismo a pesar de los presagios  catastróficos  de  tanto  profeta  y  alertadores  de  posibles    invasiones extraterrestres y un negro porvenir en todo el planeta, pero nadie pudo pensar como viable los inesperados, terribles y misteriosos acontecimientos  de Nueva York en el 11-S del 2001, que produjeron  una especia de calambre mundial, con  un espíritu de unión impactante que se manifestó en la gran mayoría de las naciones. Entonces se vio, a causa del fanatismo político-religioso de unos musulmanes marginados, que quizás tenían    motivos  comprensibles  aunque  nunca  justificables,  pusieron  en  pié  las reacciones más violentas y regresivas en el país atacado y por ende, comprometieron a casi todos los demás, en busca de una venganza devastadora.
José María Aznar

En España  seguíamos con el conflicto entre las regiones y el Estado y continuaba el terrorismo. En  Abril del 2000 el PP liderado por Aznar triunfó en las elecciones, teniendo algunos aciertos con respecto a la incorporación a la moneda única europea y habiendo heredado una base económica bastante firme. También tuvo  no pocas huelgas serias como la de los camioneros y los mineros asturianos, pero se produjo un fuerte reacción popular en 2003, cuando el propio Aznar por codearse  con Bush y Blair en las Azores se comprometió con ellos a  preparar la invasión de Irak, por poseer armas de destrucción masiva, y una vez más, con la disculpa de imponer el orden y la democracia, los poderes de siempre se aprovecharon para probar sus armas, perfeccionar   sus   tácticas   y   posteriormente,   intentar   obtener   otros “pingües beneficios. La población española  manifestó un rotundo rechazo a tal compromiso y algunos politólogos dieron la voz de alarma ante posibles represalias de los supuestos comandos yihadistas introducidos en nuestro país.


El 11 de marzo de 2004, diez  bombas explotaron en cuatro trenes en Madrid, matando a cerca de 200 personas e hiriendo a unas 1.500, en el peor incidente terrorista en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Este atentado fue muy distinto y con sensibles diferencias  con el de New York de 2001, en cuanto a niveles de espectacularidad y  víctimas e incluso de publicidad,  pero  la reacción popular, con los espontáneos y sinceros  gestos de cariño, afecto y humanidad,  proyectaron  una increíble imagen de una auténtica globalización sensibilizada. Por unos pocos días, no
hubo derechas ni izquierdas, chinos, negros, emigrantes o proscritos. Una sola voz con un clamor en demanda de paz y justicia, sin pedir venganza, junto con el estupor y la incomprensión, unió  regiones, castas, niveles y razas habitualmente  separados
Un país que, ocultando o tratando de ignorar en gran parte sus injusticias y sus inicuos niveles,  gozaba de una aparente distensión y bonanza, se vio entrometido de repente en un amenazante y sangrante ambiente de inseguridad y temor, pero
reaccionando con un clamor de dolor y solidaridad con las víctimas, que duró poco pero que fue muy significativo, sin que se oyeran voces ni persecuciones  religiosas o raciales, aunque  poco después de la espontaneidad plena de viva humanidad que lloraba nuestros  muertos, resurgió la carroña política, el cruce de acusaciones,
mentiras y excusas de méritos y fracasos, además del falseamiento y ocultación de sucesos,  eludiendo la responsabilidad propia, con lo cual parte del pueblo se tornó de nuevo sordo, ciego y mudo y se volvió a engranar en la cadena que le ata al mundo de Hola, Semana y Marca, al cotilleo de las  Crónicas Marcianas y a la imprescindible
marcha de la liga de fútbol, volviéndose a escuchar en las calles los despectivos calificativos, de vagos, advenedizos, moros, sudacas y volviendo a envidiar a quien  le ha tocado una liberadora Bono Loto, que le permitía comprarse un  Ferrari.

José Luis Rodriguez Zapatero

En las elecciones celebradas tres días después, los votantes derrocaron al PP gobernante, en favor del Partido Socialista dirigido por José Luis Rodríguez Zapatero, pero el Partido Popular no asimiló la derrota, en gran parte debido a las múltiples versiones del atentado, básicamente tratando de dirigir la responsabilidad hacia ETA, por ser más conveniente para sus intereses, incluso enviando comunicados en tal sentido hacia las distintas cancillerías.
Aun después de descubierta  y desbaratada la organización  yihadista  como autora   del   atentado   y   cotejadas   las   pruebas,   documentación   y   todas   las circunstancias, el PP se negó a aceptar incluso la conclusión final, argumentando un retorcido manejo de policías, fiscales y jueces, muy apoyados sobre todo por las falsos  comentarios de Pedro J. Ramírez.


Pedro J. Ramirez

Los partidos políticos que se presentaron a unas elecciones con todo tipo de asesores, conocían o creían conocer perfectamente  la mentalidad mayoritaria del pueblo al que aspiraban gobernar y  sabían que en los discursos, mítines y asambleas, el ciudadano que allí asiste va a oír lo que le gusta oír, por lo cual empleaban generalmente palabras lisonjeras para sus oyentes, entremezclando descalificaciones grotescas del adversario y   también saben que lo que ese pueblo quiere es mejorar su nivel de adquisición y consumo y  escuchar cantos de sirena sobre el trabajo, el ocio y la jubilación. Igualmente están al corriente  de que  ese tipo de español, tras tantos años de censura,  dominio,  miedo y de adormidera,  se había transformado casi en su totalidad en un ciudadano que  no tenía verdaderamente  claro que era la democracia e incluso algunos aseguraban que tampoco la necesitaban, puesto que aun viviendo en un mundo capitalista se benefician de sus migajas e intentan moverse  con facilidad entre una sociedad depredadora y  cruel pero los partidos políticos, siguen repitiendo y voceando constantemente su cuento de la lechera y desbaratando las propuestas de la oposición,  despreocupándose de  investigar las  auténticas necesidades del pueblo.
La prensa habitual, claramente dividida y pluralista pero nunca absolutamente libre y cada vez más dependiente de los créditos y  arreglos bancarios, se iban encargando de divulgar, desfigurar y tergiversar (casi como norma), el sentido o la intención de las declaraciones políticas o sociales, realizando indagaciones y cometidos que muchas veces vulneraban hasta el derecho a la intimidad o el honor, mostrándose y justificándose como paladines de la igualdad y el progreso social, con la misma desvergüenza que otros también prestigiosos periódicos conservadores del orden y la
tradición, publican  en sus aristocrática páginas, artículos, comentarios, juicios y opiniones moralistas y puritanas sobre algunas   tendencias sexuales concretas pero aseguran sus ingresos diarios, llenando sus últimas páginas con abundantes ofertas y
contactos de todo tipo de prostitución.
Los  españoles  y    casi  sin  darnos  cuenta,  mayoritariamente  habíamos conseguido formar  una amplia  clase media, una clase casi única, en la que las pocas diferencias  externas  que    parecían  notarse  prácticamente,  eran  entre  quienes
parecían mantener particular y discretamente  un respetable  comportamiento general y  cierta  preocupación o interés  cultural y social… y aquellos otros que ignorando prácticamente toda norma moral o sensitiva,  habían conseguido un espectacular nivel
económico y se habían  encajado, osada y descaradamente en casi todos los  ambientes sin sentirse desplazados.
Estábamos participando ya en una nueva era con todas sus consecuencias, en la que principalmente parece que nos habíamos vuelto amnésicos y despreocupados de cierto  pasado y habíamos creado una nueva forma de sociedad, con todos los errores
que se cometen en los inicios de toda etapa, de los cuales posiblemente todos posiblemente son reparables. El “vivir en democracia”, era un concepto de libertad quizás muy mal entendida por ciudadanos sin la debida formación y que  pretendían fundamentalmente  liberar  algunos animosidades personales, sin entender que su significado más auténtico es  el “convivir en democracia”, es decir, haciéndose valorar y respetar, valorando y respetando a los demás. Y un defecto muy notable, que quizás sea más propio de los españoles que  el de otras nacionalidades por la peculiar vehemencia en nuestro carácter, es el de no saber aceptar el resultado adverso de una elecciones, entorpeciendo y criticando frívola y constantemente todo proyecto del partido triunfador, en lugar de seguir acompañando honesta y noblemente en levantar el país, como sentimiento democrático de respetar la decisión de las mayorías, puesto que  una de las mejores características de la Democracia, es que su representación pública sea alternativa. Esas mayorías  bipartidistas, representan actualmente más del80 % de la población, con lo cual, quien salga ganador, pasaría a dominar o ignorar al resto de los ciudadanos, que  tienen que seguir viviendo y conviviendo en los distintos ambientes, condiciones, calidades y circunstancias. Particularmente me molesta la palabra oposición, como representación de una ideología contraria o de imposible y absoluto conexión, lo cual perjudicaría muy gravemente a la complementación de todas las corrientes democráticas del  país.
Una gran parte de los ciudadanos,  que en los últimos años había  conseguido con Franco o sin Franco, una vivienda, un cochecito, televisión en color, radio cadena con muchos altavoces, vacaciones en la playa, los niños estudiando en un colegio  o haciendo carrera en la universidad y pudiendo celebrar sus acontecimientos sociales con todo el ceremonial carnavalesco que había visto en las películas y en las revistas sociales que se leían en las peluquerías, cambió su vestimenta, cambió su entorno y su alimentación  al  volverse  algo  americana  y su  autoestima  sufrió  un  subidón inconcebible.  Dejó  de  llamarse  obrero  o  proletario  para  llamarse  trabajador  o productor y aunque estaba bautizado, se había liberado de ir a la iglesia, salvo para los entierros y las celebraciones rumbosas de bodas, comuniones y bautizos. Tenía  la
tarjeta del Corte Ingles y ya no bebía tinto con Casera, considerándose  un experto en los vinos más cotizados y conocedor de donde se comía la mejor lubina o el mejor solomillo de buey. Una sociedad de aspirantes a “nuevos ricos”, novedosa, vulgar y
cretina, que  se consideraba lo suficientemente libre y osada, como para poder hacer lo que le venía en gana y en la que, una considerable mayoría era poseedora de una o dos viviendas, cuyo valor aumentaba continuamente,  con lo cual era potencialmente millonario y  podía conseguir nuevos créditos para seguir endeudándose.



Aparentemente liberados de la opresión franquista, parece ser que estábamos cayendo en una gran masa, mimetizada, imitativa y competitiva, en la que la mala educación, los modales vulgares y la  grosería, el cotilleo y el  cinismo, también formaban parte de nuestras distracciones o inquietudes sociales, existiendo una gran
mayoría  bastante  más interesada en la marcha de la liga futbolística, que en cualquier discrepancia entre los políticos, a quienes se les clasifica finalmente, como todos iguales o en todo caso, solo se llega a ensalzar y votar a la persona privilegiada
pero sin profundizar en la ideología.


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