Enigmas de Doña Palla, IV y último
La señora
Aunque no abundan las referencias documentales sobre Doña Palla, no hay la menor duda,en cuanto a poder confirmar históricamente su ascendencia familiar, su rango y categoría. Su padre el Infante Ordoño Ramírez, (981- 1023) quien paso a la historia con el apodo el ciego, hijo del Rey Ramiro III y Sancha Gómez, en el año 1006 se casó con Doña Cristina Bermúdez, hija de Bermudo II y Velasquina. Fruto de ese matrimonio fueron, Don Alfonso, Doña Aldonza, Don Ordoño y Doña Pelaya. Hay constancia histórica de que el mayor de todos, Don Alfonso, murió en 1050, siendo enterrado en Cornellana.- Su hermana Doña Aldonza se casó con el
Conde Pelayo Froilaz, (abuelo de Martín Peláez, fiel compañero del Cid) muriendo ella en
1056. - Del tercer hijo, Don Ordoño se sabe que murió en el 1072.
El nombre de Paya o Palla es una contracción asturiana de Pelaya, aunque también se denominaba así a una campesina o aldeana de la aldea de Palla, en la parroquia de Corias del concejo de Pravia. Extrañamente, no se sabe el lugar, la fecha de su nacimiento, ni la de su
defunción, aunque por diversos datos constatados y por una mínima deducción, se puede teorizar que su vida transcurrió entre el año 1012 hasta poco después del 1060, puesto que, como parece que fue la hija menor de todos, tuvo que haber nacido al menos unos cuatro
años después del matrimonio de sus padres y antes de 1024, ya que hay documentos que consta que en esa fecha, su madre hizo donación del Monasterio de Cornellana y figuraba
como viuda de Ordoño Ramírez, con lo cual en un cálculo no muy arriesgado, se puede
deducir que Doña Palla vivió unos 47 años, un promedio de vida quizás algo bajo para la
Edad Media.
Como tampoco se sabe absolutamente nada de donde nació, es de suponer que no debió de ser muy lejos de nuestra zona, conjeturando también que no debió haber sido muy feliz, puesto que aparte de la ceguera de su padre y sus malas relaciones familiares, cuando este murió ella tendría unos 10 años y entonces su madre Doña Cristina, se recluyó con ella en el Monasterio de Cornellana, según la costumbre de las viudas de reyes o infantes, heredada de la época visigoda.
Lógicamente, durante su posterior desarrollo en el convento, no conseguiría disfrutar del ambiente más adecuado para la formación normal de una
adolescente, lo que quizás contribuyó a que esa instrucción seria, formal y exigente dejara una personal impronta en ella, ya que, por razones que se desconocen, posteriormente y a lo largo de su vida, parece que
defendió una actitud sólidamente contraria a la habitual de su alto ambiente,
aun manteniendo el título de Don o Doña, que solamente la ostentaban las reinas, las princesas y algunas señoras destacadas de la clase noble. Parece ser que tenía cierta preferencia en
cabalgar en solitario por los entornos de esta comarca observando y percibiendo
los ambientes rurales y sus miserables circunstancias, lo cual potencialmente
también contribuyó a confirmar su personalidad gradualmente y a mantener firme su noble condición y autoridad entre sus abusivos vecinos, en un difícil equilibrio con su propensión humanista y justiciera, aunque posiblemente casi todas las escasas anécdotas que se conocen sobre esta
señora, sean producto de unas idealizadas historias o leyendas populares o casi
locales, de una época más o menos cercana a su existencia.
Alrededor del año 1028, se había casado con Don Bermudo o Vermudo Armendariz, quien tenía mucho nombre en Asturias por ser hijo de Don Armentario Muñiz y nieto de Don Nuño Peláez, descendientes del mismo tronco y baronía de Los Valdés por otras ramas separadas, aunque con el tiempo la activa
personalidad de ella, prácticamente anuló su nombre. Tuvieron tres hijos: Martín Bermúdez, Pedro Bermúdez y Velasquina Bermúdez, troncos indubitables de ilustres solares de Asturias y especialmente de la familia Estrada.
El hijo mayor, Martín Bermúdez, se casó con la Condesa Enderquina García e hijo de ellos
fue Don Pedro Bermúdez. Geloysa Martín o Martínez, nacida en 1069 también fue hija de
Martín Bermúdez y se casó con Don Juan Álvarez. Martín, hizo otras donaciones en 1069,
cuando sus padres ya habían fallecido. Uno de los nietos de Martín Bermúdez, fue Diego
Menéndez de Doña Palla, del que hay constancia que vivía en 1370, siendo padre de Don
Pedro Pérez de Doña Palla.
El segundo, Pedro Bermúdez, de cuyo hijo Diego Menéndez de Doña Palla, hay constancia de que vivía el año 1370 y que fue padre de Don Pedro Pérez de Doña Palla que parece vivió hacia el año 1450 en la Parroquia de Riberas.
Velasquina Bermúdez, se casó con Mendo González de Valdés ricohombre Señor de la Casa troncal de la baronía de Valdés y por este matrimonio la del Solar y Torre, junto a Cadavedo,
Concejo de Valdés y que en lo sucesivo se llama Villa de Mar. De ellos nacieron Gonzalo y
Fernando Menéndez Valdés, cuya vida alcanzó los tiempos de Doña Urraca de Castilla.
Don Bermudo y Doña Palla, fueron muy heredados y poderosos en Asturias, gozando de muchos bienes desde Pravia hasta Ribadeo, siendo predecesores entro otras, de las familias
Villamar, Bustos y Estrada. Doña Palla había heredado grandes propiedades y hasta se dijo que sus terrenos ya habían pertenecieron al Rey Silo. En documentación que consta en la Catedral de Oviedo, el 15 de Julio de 1058 y en presencia de del rey Don Fernando el Magno y la Reina Doña Sancha, ambos esposos
hicieron donación a la Iglesia y para sus ministros del Monasterio de Lodón, junto al río Narcea, así como de varias villas en Salcedo.
“Doña Palla fue gobernadora y Señora de la villa y Castillo de Pravia, bien reconocida por su carácter duro, amante de la justicia y de los problemas de los más necesitados” ….. “Su corazón era grande y su ternura para sus vasallos humildes, igual que su dureza con los tiranos.” ….. ”En el siglo XI, Doña Palla, nieta de Ramiro III, mando construir una torre en Villademar..”
“Doña Paya, brava fembra de la que no podían burlarse los señores cuyas tierras lindaran con las suyas. Estas tierras se extendían desde Avilés a Cudillero, a ambas orillas del Nalón!”.
“En
Villamar, cerca de Cudillero, está una torre, resto de uno de sus castillos,
con un escudo con dos espadas cruzadas sobre unos haces de fuego y en el que puede leerse: la
nueva generación, Selgas, Arcelana y Doña Palla son”.
“Los Quiñones, Los Quirós y los Omaña, grandes caciques de los alrededores, temblaban cuando sonaba la voz de la rica-hembra de la Torre, montada en su caballo de Teverga, cuando subía a la cumbre de Sta. Ana a otear sus dominios…
“Alguna vez
en la Torre, una cabeza ensangrentada ejemplarizaba en caridad. Una caridad
bárbara pero así había que hacerlo por justicia….Los pecheros de tierras de Pravia, sabían que solo así, Doña Palla la matriarca, mantenía los derechos de los pobres contra los rapaces…”
”La antigua iglesia ermita de Riveruelas, cerca de Coto-llano, parece ser que fue una donación de Doña Palla o de su hijo Martín Bermudo”.
También hay un comentario escrito en el se dice que Doña Palla tuvo problemas con Don Pedro de Bances, quién para venirse a bien con ella, parece que dio palabra de que “arrendaría un barco que, partiendo desde el mismo Río Nalón, llevaría gratis a cuentos peregrinos lo
desearan, con destino a Tierra Santa.”.
Si bien hay diversos escritos en los que consta que Don Bermudo y Doña Palla fueron Condes de Pravia y que, sobre todo ella, gobernaron un territorio que abarcaba más de nueve feligresías, da la
impresión de que en su historia coexiste un inexplicable y soterrado
oscurantismo, quizás por haber sido una mujer de gran temple que sometió a
algunas opresores familias poderosas, ya que hay un escaso conocimiento
sobre el desarrollo de su vida puesto que, como ya hemos dicho, no han aparecido (o se han destruido) datos con respecto al lugar y fecha de su nacimiento, ni se encuentra ninguna referencia documental del lugar en donde se celebró su enlace matrimonial, de la fecha de su defunción o la de su
marido, a pesar de que, dada su categoría y popularidad, todos tuvieron que haber sido acontecimientos de bastante importancia.
Se deduce que Doña Palla murió poco después del año 1060, sin existir reseña alguna de donde fue enterrada, suponiéndose que sus restos no deberían estar lejos del lugar en donde vivió y aún quedan algunos supuestos sepulcros o tumbas de posteriores familiares en las
cercanías de Riberas, además de las escasas ruinas que se contemplan actualmente.
Resulta igualmente extraño que no haya quedado recogido ningún tipo de leyenda, romance o cantiga de algún poeta o juglar, como los que ya se prodigaban por aquellos tiempos, y solamente quedan algunas afirmaciones, comentarios y frases sueltas , que hemos recogido de orígenes diversos e incluso bastante discutibles y reiterativas, que parecen darnos ligeros indicios de su gran personalidad y temperamento, no dejando ninguna duda de que esta
señora, al menos en su tiempo, fue muy notable e influyente en este territorio.
Recientemente el Ayuntamiento de Pravia, parece que tuvo un tardío interés en que se realizaran nuevas investigaciones sobre el enclave histórico y aunque actualmente no es el mejor momento para conseguir las necesarias aportaciones económicas para tales fines, creo
que mientras tanto, sería interesante cualquier participación de personas que
dispongan de algún tipo de semblanzas, datos o anécdotas, para ir haciendo una recopilación histórica o legendaria que pudiera enriquecer y acrecentar el conocimiento de este personaje, puesto que parece evidente que en los siglos pasados, hubo un absoluto desprecio por parte de algunos archiveros, cronistas, historiadores y de las
corporaciones locales, quizás algo encubiertamente por haber sido una dama, popular y notoriamente conocida por sus posibles intentos de promover una cierta justicia social en aquella época, (casi una especie de Robín
Hood femenino).
Aunque esta señora y todo su misterio pudiera carecer de interés para algunas personas, creo que quienes nacimos en Riberas, podemos permitirnos el orgullo y la satisfacción de pensar que ella formó parte de la pequeña historia de nuestra aldea y que algo de su ánimo, su energía y su rebeldía, se propagó por los montes y bosques de esta entrañable comarca.
CARLOS
RODRÍGUEZ-NAVIA MARTÍNEZ.
Asturias-
Madrid, Octubre 2013
Este artículo se publicó en El Trichorio de Riberas, en el año 2014.-
ALGUNOS NOTABLES DESCENDIENTES DE SU
LINAJE.
Los
sucesores de distinguida familia Almendariz-Doña Palla tuvieron
posteriores herederos y ramificaciones que fueron perdiendo el apellido, aunque algunos descendientes
ilustrísimos conservan referencias a la Dinastía de Doña Palla , bien por línea de varonía, o de ombligo. “en el año 1270 es comúnmente recibida entre las genealogías que tienen igual origen a la de Villamar o de Doña Palla y la de Estrada y en este sentir, todos tienen por ascendiente a Bermudo Armendáriz y su mujer Doña Palla, que es la misma que la de la Casa de Valdés y las demás, en el Castillo sobre el río Pravia o palacios que llaman de Doña Palla y si bien sus descendientes constituyeron ilustres solares secundarios en Pravia, Villaviciosa y otras partes….”
* LOS PONTE, son familia conocida desde el siglo VIII hasta las fechas actuales (Casa de Arnaiz). Es su solar en el concejo de Pravia, tienen el mismo sobrenombre los Martínez de Doña Palla y los Martínez de Ponte.
* Don PEDRO PÉREZ DE VILLAMAR casado con Doña Elvira Álvarez de las Asturias, Señores de la Casa de Villamar, que llaman de Doña Palla. Era hijo de Don Pedro Bermúdez de Villamar, nieto de Martín Bermúdez y bisnieto de Bermudo Armendáriz y Doña Palla,. Por concesión del Emperador Alfonso VII fue Alcalde de Córdoba y Juez de Cristianos, Contrajo una larga
enfermedad, de la que en parte fue asistido por Averroes y falleció en el año
1164, en Córdoba.
* Don RODRIGO MELENDEZ DE VALDÉS. Casado con Theresa Pérez Villamar, hija de Pedro Pérez
de Villamar y Doña Elvira. Este caballero, primer Señor de La Casa, fue
rico- hombre seguidor y favorecido consejero del Rey Alfonso VIII. En el libro del Conde de Lucanor, capitulo XVIII, se hace mención de él. Murió en 1210.
* Don PEDRO PÉREZ DE DOÑA PALLA, casado con Doña Theresa Menéndez de Villamar, tuvieron
dos hijos, que se metieron a monjes en S. Claudio de León. Vivió en Riberas a principios del siglo XV o a finales del anterior y tuvo su casa cerca de la iglesia, siendo dueño y señor de todo el terreno alrededor
de la iglesia. El y su esposa, tuvieron dos sepulturas familiares a perpetuidad en la antigua iglesia de Riberas que fueron reubicadas al hacerse la nueva iglesia.
* Don FERNANDO DE VALDÉS. Nacido en Salas 1483, hijo de Juan Fernández-Valdés y Doña
Mencía de Valdés, Señores de Salas y del linaje de Doña Palla. Fue obispo de
Perpignan, Orense y Oviedo y arzobispo de Sevilla en 1546, siendo inquisidor del Santo Oficio y editor de la lista de
libros no aceptados por la iglesia. Fundo la Universidad de Oviedo. Murió en el año 1558 y en la Colegiata de Salas hay un mausoleo esculpido por Pompeyo Leone. El insigne pintor Velazquez le hizo un magnifico retrato.
* Don GONZALO MENÉNDEZ DE PONTE, fue padre de Urraca de Doña Palla y ésta, madre de Gonzalo de Banzes, que nació en principios del siglo XVI y heredó por su abuelo el molino
de la Peña, de Pumeda, Arco y las Llindes del Castañedón y la aldea de los Veneros….. “que tanto alcanzaban todavía las posesiones de los descendientes de la casa de Doña Palla”.
* Don PEDRO MENENDEZ DE AVILÉS. 1519-1574. Marino ilustre y primer Gobernador de La Florida, fundador de la Ciudad de San Agustín y Gobernador de la Isla de Cuba… Su padre Don Alonso Álvarez, sirvió con los Reyes Católicos en la conquista de Granada y su
madre fue María Alonso de Arango, formando parte de la baja nobleza. Descendiente de la Casa de Doña Palla, unida con familias más cercanas las Casas de Valdés, Menéndez, Arango, Busto, Vigil y otras nobilísimas. Alvaro,
uno de sus hermanos y también ilustre navegante, nació en Cudillero. Cárdenas afirma que en el tiempo de Pedro Menéndez de Avilés, en un lugar hoy llamado Monte de Rey, había un palacio de los señores de Doña Palla. En uno de los más recientes estudios, F. Mellén asegura que Pedro Menéndez “nunca nació en Avilés” . Parece que en el libro de registros de nacimiento de la Parroquia de Riberas, hubo una hoja arrancada en la cual figuraba inscrito Pedro Menéndez, como nacido en el barrio de Monterrey. (Ver Trichorio 15 -07-12)
No hay
constancia de que actualmente el apellido Doña Palla esté en vigor.
ARMAS Y
ESCUDOS
Los Martínez de Ponte “pintan las mismas armas que los de Doña Palla, por ser impropio apellido”. .El blasón de los Ponte consta de una espada de plata, guarnecida de oro sobre azul, apuntando hacia arriba, pasando por cuatro medias lunas en rojo y cinco flores de lis de oro, una sobre la punta de la espada y dos a cada lado, enmarcado en una bordura verde, con ocho espadas de oro con la siguiente leyenda: "Estas armas y blasón / de Ponte y de Doña Palla / preciados y antiguos son / y ganadas en batalla / cuando la restauración”..
…“los del apellido Doña Palla, de cuyo linaje fue Fernando de Valdes, Arzobifpo de Sevilla e Inquisidor General de Efpaña, traen por armas en campo azul vna efpada de plata y en torno della cinco flores de lis de oro y en medio de la efpada vn lunel de cuatro medias lunas de plata y por orla ocho afpas de oro en campo rojo”.
Coincide con
el cuarto cuartel del escudo de Soto del barco y con el tercero de Ponte.
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OTRAS
POSIBLES CONFUSIONES Y ERRORES
Es importante tener en cuenta que es bien sabido por los historiadores y archiveros que, entre los distintos escritos, manuscritos y documentos más o menos auténticos del Medioevo, figuran fechas
legitimadas por los escribanos y comentaristas de la época, entre las que puede haber una diferencia de
hasta 36 años con los que posteriormente se llamarían años de Cristo.
Posiblemente producto de una confusión documental, algunos tratadistas aseguran que en los
años 700 (¿), hubo una gran Señora de Pravia, llamada Doña Palla que se casó
con el Conde Gotos, supuesto hijo del Duque de Sajonia y nieto del Emperador Otón, con quien tuvo tres hijos, que fueron los ascendientes de las familias Villamar, Estrada y Bustos.
En la Edad Media hubo diversas reinas o damas nobles con el mismo nombre, por lo cual también parece ser que hay algún tipo de interpretación equívoca de personalidad, entre Doña Palla y Doña Urraca.
Hubo una Doña Urraca, que se casó en el 820 con Ramiro I y que fueron los padres de Ordoño I. Esta Doña Urraca murió en el año 866, unos años antes de la época en la que vivió Doña Palla. No hay
referencias de si esta dama coexistió por esta zona praviana.
Otra Infanta
llamada Urraca Bermúdez, dona el monasterio de S. Esteban de la Boca del Mar
(San Esteban de Pravia) el año 1148
También existió otra famosa Doña Urraca, llamada la asturiana, fruto de los escarceos del Rey
Alfonso VII con una joven llamada Gontrodo*, que nació en el año 1133 en Soto de Aller y que a pesar de su condición bastarda gozó de las mismas distinciones y consideración de la nobleza que sus hermanastros los infantes Sancho y Fernando. * El padre de Gontrodo, Don Pedro Díaz, era tío de Doña Jimena, la que
fue esposa del Cid Campeador.
La relación de esta Doña Urraca con Asturias se mantuvo a lo largo de toda su vida, pues aunque en
el año 1144 y con solo 11 años, fue casada con el rey de Navarra García Ramírez el restaurador, seis años después se quedó viuda y regresó a Oviedo, residiendo en el que fuera palacio de Alfonso II el casto y conservando su categoría noble y su título, pues aunque su hermanastro Fernando II era el rey de León, ella gobernó prácticamente en todo el territorio asturiano entre 1153 y 1164, es decir cuando tenía 21 años.
Mujer emprendedora e inquieta, cabalgaba durante horas recorriendo
frecuentemente algunos de los concejos vecinos, teniendo numerosas propiedades concedidas por su padre el rey Alfonso, entre ellos el Señorio de Aller, en donde había un castillo llamado de Doña Urraca.
En 1164 se casó con el gobernador Álvaro Roderici (Rodríguez), de casa noble y con quien poco después urdió derrocar a su hermanastro Fernando II, promoviendo una cierta emancipación de Asturias, siendo desterrados a Palencia, en donde ella murió en 1179.
Posiblemente, por la semejanza con Doña Palla de algunos aspectos de su vida, su carácter y su rebeldía además del parecido nombre de Soto de Aller con Soto del Barco, pudieran haber sido motivo de confusión, ya que por esta zona se popularizó una supuesta fantasía que conjeturaba que por aquellas épocas (¿) en la Bimera o Imera,0en la orilla derecha del Nalón, se asentaba un palacio perteneciente a
una tal Doña Urraca, y aunque esta noble dama le regala un castillo en Salas al Conde Suevo, tampoco hay ninguna constancia documental de que hubiera llegado a vivir por esta comarca.
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Para realizar este trabajo se consultaron los siguientes autores y obras:
Bances y Valdés - Fernández Conde.- Sánchez Albornoz,- Garcia Noriega –Jovellanos - Suárez
Valdés- Laborde -Solís de Meras -Miguel Vigil- López de la Torre - Diego Rodríguez –Juan G.
Valdeavellano - Jiménez de Rada - Concepción Suárez.- Joseph Pérez –M. González – Vicent de Cárdenas y Vicent – Víctor de la Serna, - Angela de Molina.- El Bajo Nalón - Boletín de la
Real Academia de la Historia - Primitivo Origen de la Nobleza de España de José Manuel Trellez.-- Crónica
Albanense, etc. etc.
Algunos de los datos y reseñas de documentos, escritores, historiadores e investigadores, se han extraído de WIKYPEDIA.
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