Manuel García Estadella
PARA GLORIA Argatón soñaba sueños de Boejemia, San Martín cantaba solo una canción, Castañedo era una poesía de versos errantes dentro de una flor. Eloy y Palmira eran los deseos de tu alma rota en una pasión de amor encendido en una fogata de estrellas y soles, en tu corazón. Eras una niña de suaves silencios, una mujer fuerte, pese a tu dolor de dejar tu tierray marchar tan lejos, tan lejos de casa, lejos del amor de esta tierra dulce que te vió nacer, que te dió tus besos, todo su querer, viniste conmigo hacia los inciertos sueños de un amante que me enamoró.